miércoles, 10 de diciembre de 2008

Stanley Milgram - Obediencia a la Autoridad



Hola queridos lectores!

Para esta entrega elegí un autor que creo todos deberían conocer: se llama Stanley Milgram y es el padre de la teoría de "seis grados de separación" en la cual considera que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona del globo a través de una cadena que no tendría más de cinco intermediarios; de ahí los seis grados de separación. Otra de la razones por las cuales este autor ha pasado a la historia es por su famoso experiemnto de "obediencia a la autoridad": Milgram se preguntó, después de la Segunda Guerra Mundial, si había características específicas en aquellas personas que mataban o torturaban a otras bajo la premisa de la obediencia; así llegó a dar nacimiento a este experimento, en el que personas tales como estudiantes, amas de casa, profesionales y obreros eran puestos a prueba de manera tal de poder evaluar la obediencia.

Milgran comenta: "La obediencia, como un determinante de la conducta, es algo de importancia particular para nuestra época. Entre los años 1993 y1945 fueron sistemáticamente sacrificados bajo órdenes millones de personas inocentes. Esta conducta tuvo su origen en la mente de un único individuo, más no podría haber sido llevada a cabo a gran escala tan amplia sin la colaboración obediente de otras muchas personas. La obediencia es el mecanismo psicológico que hace de eslabón entre la acción del individuo y el fin político. Es la argamasa que vincula los hombres a los sistemas de autoridad. El exterminio de los judíos europeos por parte de los nazis constituye un ejemplo extremo de acciones detestables, inmorales, llevadas a cabo en nombre de la obediencia. Más en menor grado esta realidad se repite de continuo: se ordena a ciudadanos normales que maten a otras personas, y lo hacen por que consideran un deber el obedecer órdenes. De esta manera la obediencia a la autoridad cuando se pone al servicio de una causa injusta, lejos de aparecer como una virtud queda transformada en un grave error."1 Así vemos como el autor explica las razones que lo han llevado a poner en práctica su experimento, que ha sido considerado una "atrocidad".

Milgram continúa: "El problema moral de si se ha de obedecer cuando se da un conflicto entre el precepto y la conciencia fue analizado filosóficamente en toda época de la historia. Los filósofos conservadores arguyen diciendo que la construcción misma de la sociedad se ve amenazada por la desobediencia, y que incluso cuando una acción prescrita por la autoridad es injusta, es mejor cumplirla que hacer tambalearlas bases de la autoridad. Mas los humanistas razonan a favor de la primacía de la conciencia individual, insistiendo en que, cuando se hallan en conflicto el juicio moral del individuo y la autoridad, ha de pasar aquél por encima de ésta."2 El experimento de Milgram trajo sorprendentes hechos que refutaron tales afirmaciones.

Stanley Milgram plantea: "El problema principal es: ¿Hasta dónde va a someterse el participante a las instrucciones del experimentador antes de negarse a llevar a cabo las acciones que de él se exigen?"3

Al comienzo del citado experimento, llegan dos personas al laboratorio, para tomar parte en una investigación de memoria y aprendizaje; una de ellas será designada el "profesor" y a la otra como el “aprendiz”; obviamente está todo arreglado de manera tal que el único individuo que no forma parte del staff sea quien toma el lugar del profesor. El experimentador explica que esta investigación se halla relacionada con los efectos del castigo sobre el aprendizaje. El aprendiz es conducido a una habitación, se le atan correas a los brazos, y se le sujeta un electrodo a la muñeca. y se la explica entonces que tiene que aprender una lista de palabras paralelas; siempre que cometa un error recibirá una descarga eléctrica de intensidad creciente. Se le hace probar al "profesor" el electrodo en la muñeca, para convencerle de su funcionamiento y de que no es peligroso.

Al otro participante se le lleva a otra habitación y se le hace sentarse ante un generador de descargas, que tiene una línea horizontal con conmutadores de 15 a 450 voltios, con incrementos de cada 15 voltios cada vez; se le explica que cuando el hombre de la habitación contigua da una respuesta errónea, el enseñante debe proporcionarle una descarga eléctrica, y que ésta debe ir en aumento cada vez.

Milgram comenta: "El enseñante es un sujeto de experimentación; el sujeto de aprendizaje, la víctima, es un actor que de hecho no recibe descarga alguna. Lo importante del experimento consiste en saber hasta qué punto va a seguir una persona en una situación concreta y medible, en la que se ordena que inflija un dolor creciente a una víctima que se queja de ello. ¿En qué punto rehusará el sujeto obedecer al experimentador?"4

El participante "alumno" no recibe descarga alguna, en realidad, pero el "profesor" no lo sabe; más que nada por que éste se queja en repetidas ocasiones y grita, pidiendo que termine el experiemnto, por ejemplo. En estos momentos del experimento, el sujeto acudiría al experimentador para preguntarle si debía continuar administrando descargas, y recibiría una seria de respuestas tales como:

1- Por favor, prosiga

2- El experimento exige que Ud. prosiga

3- Es absolutamente esencial que Ud. Continúe.

Milgram nos cuenta:"¿No habrían de negarse más bien a hacerlo, y a salir del laboratorio? Lo más sorprendente es que nadie lo hizo jamás. Teniendo en cuenta que el sujeto ha venido al laboratorio para ayudar al experimentador, está totalmente de acuerdo en comenzar con el procedimiento que se la ha indicado. Lo que más llama la atención es el comprobar hasta dónde llegan los individuos corrientes en su sometimiento a las instrucciones del experimentador. A pesar de que muchos protestan ante el experimentador, siguen siendo muchos los que prosiguen hasta la última descarga en el generador."5 Más de dos tercios de los cuatroscientos sujetos sometidos al experimento lelgaron hasta los últimos niveles de aplicación de voltaje, siendo éstos niveles cercanos a los 450 voltios, y estando señalados en el mismo generador como "muy peligroso".

El autor continúa: "Se ha solido ofrecer como explicación común el que las personas que hacían llegar esas descargas a la víctima eran en su nivel más violento, auténticos monstruos, sádicos. Mas si se tiene uno en cuenta que casi los dos tercios de los participantes se ven incluidos en la categoría de sujetos “obedientes”, y que representan personas corrientes tomadas de las clases obreras, profesionales y directivas, esa explicación se hace sumamente floja. La persona normal que hacía llegar una descarga sobre la víctima, lo hacía por un sentido de obligación – por una concepción de sus deberes como sujeto de experimentación – y no por tendencia peculiarmente agresiva alguna.Las personas más corrientes pueden convertirse en agentes de un proceso terriblemente destructivo. Son relativamente pocas las personas que cuentan con recursos suficientes para oponerse a la autoridad. En ese momento entran en acción toda una serie de inhibiciones contra la desobediencia a la autoridad, y hacen que la persona permanezca en su puesto."6

Sorprendente, no? Cualquiera puede llegar a estos extremos, comprobó Stanley Milgram; la obediencia a la autoridad sería algo que todos poseemos, y es muy peligroso seber que cualquiera puede actuar perjudicando a terceros bajo ciertas circunstancias...

Milgram cierra explicando: "¿Qué es, pues, lo que mantiene a una persona sometida al experimentador? En primer lugar, se da una serie de “factores obligantes” que atraen al sujeto a una situación concreta. Incluyen factores tales como el de cortesía por su parte y lo poco dedicado de un retirarse del experimento. En segundo lugar, se dan en el pensamiento del sujeto un cierto número de adaptaciones que van minando su decisión de romper con la autoridad. Estas adaptaciones ayudan al sujeto a mantener su región con el experimentador, al mismo tiempo que reducen la tensión que es provocada por el conflicto experimental.

Otro de estos mecanismos lo constituye la tendencia del individuo a verse tan absorbido por los aspectos estrechamente técnicos de su tarea, que pierde la visión de las más amplias consecuencias de la misma. Los sujetos se ven inmersos en los procedimientos, leyendo con la más exquisita de las pronunciaciones las palabras correctas y apretando los conmutadores con e mayor de los cuidados. Quieren llevar a cabo una ejecución perfecta, y esto se ve acompañado de un estrechamiento de su preocupación moral.

La adaptación de pensamiento más corriente en el sujeto obediente es, por lo que a él se refiere, el considerarse como no responsable de sus acciones. Se libera de toda responsabilidad atribuyendo toda iniciativa al una autoridad legítima. No se tiene a sí misma como una persona que actúa de una manera totalmente responsable, sino como un agente de la autoridad externa. Incapaz de desafiar la autoridad del experimentador, le atribuyen a él toda la responsabilidad.

Hemos nacido con un potencial de obediencia que tiene una interacción con la influencia de la sociedad para producir el hombre obediente. En este sentido sucede con la capacidad de obediencia lo que con la capacidad del lenguaje: es preciso que determinadas estructuras mentales altamente específicas, se hallen presentes si queremos que tenga el organismo un potencial de lenguaje, y sin embargo para crear al hombre parlante es necesario que se lo coloque en un medio social."7


A mí particularmente me sorprendió muchísmo este experimento cuando me enteré de su existencia, el hecho de que cualquier persona puede cometer actos de este calibre de violencia me lleva a pensar que, si se nos lleva de determinada manera, los humanos podemos hacer cualquier cosa, lo que es terrible si consideramos las acciones que cometen los soldados, por ejemplo, en combate; a mí nunca me convenció la idea de matar a alguien por que es "enemigo", es más, me aprece harto ridículo que la gente se mate de esa manera, pero creo que estos actos están más que explicados por este experimento que, aunque un poco fuera de lo que se cosnidraría ético, nos abre un poco los ojos, no?


Uds. qué opinan?

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 - Milgram, Stanley; Obediencia a la autoridad, Bilbao, Desclée de Brouwer, 1984

7 han opinado:

Nicolás dijo...

Me encantó este post, es un manera más comprometida de encarar fenómenos conmo el nazismo o la violencia policial. En realidad implica un montón de cosas, nos lleva a entendernos mejor,por qué a veces hacemos muchas cosas. En un momento el guasón le dice a Harvey Dent en el hospital que mientras todo sea parte del plan la gente se queda tranquila, aún cuando eso sea que muera mucha gente, y tiene razón.

Hay una peli alemana creo que se llama "el experimento" que me dijeron que trata sobre el tema, pero no la vi todavía.

Anónimo dijo...

Muy interesante y comprometido, aparte tiene otros mas livianos sobre las calles de Ny, no se si los viste por youtube, y son interesantes, aunque bastante nimios y no tan relevantes como este ultimo...
Igualmente no se si viste en el ultimo capitulo la conclusion que el hace para explicar esto... eso no me gusto para nada. Muy biologico y para nada entendible, no hablo de los tres factores de porque se obedece, hablo de ese cuadro extraño cual red de antropologicos que armo queriendo hacer un cierre, la verdad que no le vi ningun sentido con respecto a lo anterior que venia trabajando.

Anónimo dijo...

Te hago una pregunta.. además de hacer una lectura completamente dogmática de los contenidos académicos de las materias que has cursado, ¿haces una crítica y un pensamiento de los mismos?
Leí tu blog y era como releer aquellos textos de materias que he cursado...
Saludos

Anónimo dijo...

Anonimo, debe ser la sensacion que los blogs son monologos, ajenos de toda construccion o participacion de quien no es el dueño.
Para esa mirada critica que añoras estas vos como cualquiera que entre.
El dogma reposa en la aceptacion del silencio, del olvido de aprobar y ya fue...
Que es diametralmente lo opuesto que se propone hacer la dueña de este blog.

Anónimo dijo...

Pues no se nota sr Deyvid, más parece una reproducción de conceptos que una construcción de los mismos.
Será que no he comprendido a la perfección el sentido del blog, pero reproducir conceptos literalmente sin siquiera hacer una cita, formal, propiamente dicha, como todo texto debe tener para ser considerado plagio, a mi me produce una sensación de que quien lo escribe es "poco serio". Y por lo que he visto no e sido el único en notarlo, sino que ya esta crítica había hecho a la dueña del blog.
Sin más que decir, me despido enfatizando la importancia de pensar lo que decimos y no nos limitemos a la mera reproducción de conceptos sres, que por leer un texto o dos no nos hacemos cultos ni inteligentes ni revolucionarios.
Mis cordiales saludos.

Anónimo dijo...

Perdón, omití una palabra en mi redacción, la frase correcta sería: "reproducir conceptos literalmente sin siquiera hacer una cita, formal, propiamente dicha, como todo texto debe tener para NO ser considerado plagio".

Antonella D dijo...

Anómino: es genial que expreses tu opinión, y ya edité las citas faltantes (gracias por remarcarlo, me había olvidado); de todas maneras no me parece que tengas que expresarte de esa manera, ya que en ningún lugar yo expresé que la función de este blog fuera revolucionaria ni nada por el estilo, mi idea es simplemente acercar ideas del mundo donde me muevo al mundo en general. Me aprece desubicadísimo que me digas que soy poco seria, porque para el caso alguien que opina sin siquiera dar su nombre deja bastante que desear, no te parece?
Si no te gusta el blog, no lo leas más, y listo, hay otros miles de blogs esperando que los descubras; pero por favor no sigas bastardeando este espacio que yo estoy construyendo.

Gracias Deyvid por tus palabras.

Saludos.

 
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