miércoles, 12 de noviembre de 2008

Foucault: disciplinas y panóptico

Hola queridos lectores!

A continuación extenderé algunas líneas sobre Michel Foucault, más específicamente sobre las nociones de disciplinas y panóptico, que yo creo sirven muchísimo para pensar las formas en las que hoy estamos "esclavizados" socialmente; sin darnos cuenta formamos parte de una sociedad que nos controla todo el tiempo, nos mide, cuenta y categoriza en un intento por controlar el comportamiento y de asegurarse que consumamos todas esas porquerías, que creamos todos estos imbéciles discursos, y que seamos "buenos corderitos" mientras la educación, la salud y quiñen sabe cuántas isntituciones más son vapuleadas, desvalorizadas y pisoteadas día a día.
Hoy estoy muy política parece, pero es que ya me cansé de escuchar repetitivamente las guarradas de las que somos víctimas todo el tiempo, y las bizzareadas de un gobierno que, si señores, se caga olímpicamente en nosotros.
En otras ediciones haré un análisis a las publicidades nuestras de cada día, contra las que ya vengo formando uan bola de ira del tamaño de África.

Ahora, con ustedes, Michel Foucault, comenzando con el poder disciplinario:

El nuevo poder típico de la modernidad será el poder disciplinario, y, para poder instaurarse, necesitará, como lo postulara Enrique Marí, discursos del orden, que podrán ser jurídicos, éticos, religiosos o morales y también a las disciplinas como saberes científicos para sostener e instaurar prácticas, como así también fuerza o violencia, que será menor mientras más instituidos estén los imaginarios sociales que detenta, ya que éstos, como se explicó más arriba, organizan la sociedad; esto sucede, por ejemplo, por medio de mitos, leyendas, etc.

O sea que el poder necesita que los miembros de la sociedad puedan sentirse identificados con estas prácticas, y éstas deben formar parte de lo que castoriadis definió como “cerco de sentido”; lo que escape a éste no será factible de ser incorporado, asimilado a la sociedad ya que él delimita lo creíble y lo no creíble, lo que existe y lo que no dentro de un colectivo humano. Por lo tanto, toda práctica debe incluirse dentro suyo para ser considerada como tal y no como un chiste o algo sin sentido aparente. Sabemos que mucahs veces, en este bizarro país en el que vivimos hay cosas que escapan a esto, y al gobierno no parece importarle, como, por ejemplo, el tren de Puerto Madero, que creo, todos consideramos un chiste de muuuuy mal gusto, pero se hizo igual y funciona ridículamente trasladando cinco o seis turistas de un lado a otro de este sector de la cuidad taaaaan necesitado de transporte público rápido y nuevo. No jodamos, señores.


El poder disciplinario, entonces, se valdrá de las disciplinas, principalmente, para constituirse como tal. Éstas apuntan a la reorganización del tiempo y del espacio como punto de partida para la construcción de individuos, de manera tal que, en vez de contar con multitudes, pluralidades confusas se puedan construir individualidades que impliquen cuerpos discernibles, y permiten el control minucioso de las funciones del cuerpo, ya que su leitmotiv es hacer a los cuerpos dóciles, y, mientras más dóciles, más útiles, llevando cuenta de todos los movimientos realizados y consiguiendo la mayor economía para cada uno de ellos. El tiempo debe ser racional, acumulativo, lineal y debe estar orientado a favorecer la mayor racionalidad, en función de la máxima utilidad y obediencia del individuo.

Las disciplinas, así, se distinguen de la esclavitud, de la domesticidad, del vasallaje, ya que no implican apropiación de los cuerpos, ni humillantes relaciones de sumisión ni violencia corporal. Esto según de dónde se lo mire, pensemos en la violencia implícita que hay en cada publicidad, más que nada ahora en verano, en contra de la grasa y a favor de las panzas chatas...

Al respecto, M. Foucault sostiene: “el cuerpo humano entra en un mecanismo de poder que lo explora, lo desarticula y lo recompone. Una “anatomía política”, que es igualmente una “mecánica del poder”, está naciendo: define cómo se puede hacer presa del cuerpo de los demás (…) para que operen como se quiere, con las técnicas, según la rapidez y la eficacia que se determina. La disciplina fabrica así (…) “cuerpos dóciles” (…) La disciplina es una anatomía política del detalle.”1

Vemos nacer en este momento histórico instituciones de vigilancia que continúan la línea de vigilar, controlar y normalizar individuos, siendo su mayor exponente el panóptico de Jeremías Bentham, en el que coincidían todas las ideas explicadas más arriba y que, con una organización arquitectónica específica basada en los proyectos de hospitales y prisiones pensados desde estructuras circulares, finalmente, articular los cometidos del poder disciplinario en un solo edificio: "El panóptico de Bentham (...) en la periferia, una construcción en forma de anillo; en el centro, una torre, ésta, con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo. La construcción periférica está dividida en celdas, cada una de las cuales atraviesa toda la anchura de la construcción. Tienen dos ventanas, una que da al interior, correspondiente a las ventanas de la torre, la otra, que da al exterior, permite que la luz atraviese la celda de una parte a la otra. Basta entonces situar un vigilante en la torre central y encerrar en cada celda un loco, un enfermo, un condenado, un obrero o un escolar."2 De esta manera, el diseño actúa imposibilitando cualquier tipo de comportamiento no deseado al aislar completamente a cada individuo, prohibiéndole, por medio de este ardid arquitectónico, contacto con sus compañeros e imposibilitándole ver más allá de su propia celda y la imponente torre de control, en la que sólo verá una estructura atemorizante, donde nunca podrá ver a quien lo vigila, ni estar seguro de que, efectivamente, está siendo vigilado.



Al mismo tiempo, permite que el vigilante situado en la torre pueda vigilar los movimientos de cada uno de los internos, y éstos, al no poder ver si están siendo observados o no, deben disciplinarse, controlarse a ellos mismos. A tal respecto, M. Foucault explica:"De ahí el efecto mayor del panóptico: inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder. Hacer que la vigilancia sea permanente en sus efectos, incluso si es discontinua en su acción."3

O sea que el mayor logro de esta invención ha sido el crear en los individuos un estado constante de saberse vigilados ( ¿les suena esto?: sonría, está siendo filmado!); éstos nunca podrán saber si efectivamente hay alguien ejerciendo una vigilancia continua, pero no se animarán a poderlo en duda. En conclusión, el dispositivo normaliza y corrige conductas descarriadas infaliblemente, sin siquiera tener una vigilancia continua, ya que no es fundamental para su correcto funcionamiento. Además de asegurar un control total por parte de los internos de su propio comportamiento, el panóptico lograba que los individuos que habitaban sus celdas siguieran comportándose como si estuvieran vigilándonos una vez afuera de la magnífica estructura.



Así, vemos nacer la más fantástica máquina de normalización, vigilancia y control jamás creada; no se necesitan castigos corporales, sometimientos, humillaciones ni vejaciones de ningún tipo para que aquellos que han sido confinados a su estructura puedan ser observados, normalizados, categorizados, examinados, supervisados y sus conductas encauzadas y estandarizadas: las masas de cuerpos confusos se transforman en sujetos discernibles, aislados que serán fácilmente controlados e inspeccionados. La estructura es eficaz por sí sola, y en ella el poder disciplinario encuentra su más fiel expositor, su obra mejor lograda; el panóptico se yergue encarnando el ideal del poder disciplinario.

Con la utilización del panóptico como herramienta de control los individuos podrán ser moldeados para ser excelentes ciudadanos, el orden público no será alterado, las leyes no serán transgredidas y, de esta manera, el ejercicio del poder logra una economía inigualable, reduciendo al mínimo los gastos de mantenimiento de una máquina social que nunca se detiene, y que demuestra ser eficaz en el encauzamiento de la conducta de los individuos sin siquiera requerir materia prima humana para garantizar su correcto funcionamiento. El panóptico es, para la Modernidad Temprana regida por el poder disciplinario, su mejor lograda invención.

Yo creo que el panóptico, como ideal, es increíblemente útil para los gobiernos, empresas, instituciones de todo tipo, y puedo decirles que sé lo que se siente al no saber cuando uno está siendo vigilado y cuando no, ya que, al trabajar en un call center, las llamadas que uno mantiene pueden estar siendo monitoreadas "o no". Esto es el panóptico moderno.


Ustedes que opinan de todo esto?

1/2/3 Foucault, M.: "Disciplinas”, en Vigilar y castigar, México, Siglo XXI, 1987; Cap. 3. Apartados: I. “los cuerpos dóciles”; II. “Los medios del buen encauzamiento y III. “El panoptismo”


6 han opinado:

Antonella D dijo...

lamentablemente el blog no quiere poder las letras en el mismo font/tamaño
lo siento

Paula_Yates dijo...

Justo hablás de temas que me resultan muy interesantes... bueno, social fue una de mis materias favoritas de la facu y tengo ahí colgado vigilar y castigar que todavía no lo terminé de leer, jejeje.
Si me permitís hacer una pequeña sugerencia, tengo un poco de dificualtad a la hora ver cuando estas escribiendo vos y cuando estas citando a Foulcault. Buscate algunas normas de citado, recomiendo las normas APA así te vas acostumbrando, que son las que se usan para los artículos científicos. Esto te lo digo más que nada por el tipo de cosas que escribís, que son discusiones con autores.

Besitos!

Anónimo dijo...

ahi están las citas, me las comí! en realidad no puse en otros posts tampoco, pero justo me empecé a preguntar sobre ellas, y leí tu comment, muy cómico!

tenes razón, es poco profesional =)

saludos

Nicolás dijo...

Me gustó el post, podés creer que tengo Vigilar y castigar ahi esperandome, y yo siempre lo miro onda "bue, ya va a llegar el momento"... ahora leo esto y me dan más ganas todavia, pero bue ya va a llegar el momento...

Anónimo dijo...

Desvirtuo una delgada linea sobre este autor, no es contra el, pero no te parece en general toda esta materia, si ya se que nunca mencionas la materia pero son todos los temas de ahi,entonces vendria a ser lo mismo, ¿Viste que al principio te hacen la diferencia entre Tarde y Durkheim?Dualidad irrecuperable individuo-sociedad...
Y supuestamente Mead salva las papas...
Para mi, si haces un resumen de todos estos temas... me quedo con dos conclusiones, o tres.
1)Le dan mucha mas importancia a la sociedad, para decirlo muy burdamente, son pro-durkheim.
A mi me dio esa sensacion,ahorrando la tipica contestacion ''hay pero no es uno sin el otro'', sacando eso, si prestas atencion, como que le dan mucha mas importancia al afuera que al adentro en la constitucion.
En algunos pasajes del libro de ByL se denota ese detalle. Muy ambientalista por usar un termino de otra area de psicologia pero como para que se entienda a que apunto. Como que depende todo de tu contexto y tus pares. No le dan mucha importancia a lo que te pasa a vos independientemente de otros.
2)Le dan mucha importancia al lenguaje y al self.
3)Berger y luckman son los Dioses!Es el Genesis ese libro!¿para cuando una entrada para ellos?

Anónimo dijo...

Llegué a este blog porque precisamente me encuentro haciendo un artículo sobre el panoptico en la empresa moderna. Estoy muy deacuerdo con lo que dices. Me parece que vivimos en una sociedad donde la vigilancia tiene un papel fundamental. Nada mas mira muchas de las oficinas todas expuestas con paredes de vidrio, mira los famosos call centers y muchas otras instituciones.

 
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